2 de febrero: Fiesta de la Presentación del Señor. Clausura del año de la vida consagrada

El año de la vida consagrada convocado por el papa con ocasión del 50 aniversario del Decreto Perfectae caritatis llega a su fin. Al comienzo el papa Francisco nos ofreció su reflexión.
Durante estos días he vivido la gracia de participar en un congreso cuidadosamente preparado por la CIVCSVA en colaboración con la UISG. También estaba en este congreso Sr Anne-Claire Dangeard, enviada por la CORREF. A través de las intervenciones, ponencias y distintos momentos he percibido un gran deseo de reflexionar en torno a la vida consagrada, en un ambiente de entusiasmo. Han sido muchas las aportaciones iluminadoras sobre los desafíos del seguimiento de Jesús en la situación actual de nuestro mundo.
Hoy el papa presidirá la eucaristía de clausura con la presencia de representantes de la vida consagrada de todo el mundo. Estaréis todas presentes conmigo en esta celebración.
“Si Dios es misericordia y generosidad eternamente, nuestro agradecimiento y nuestro reconocimiento también deben también ser eternos”.
Para celebrar esta jornada de la Presentación del Señor acojamos la invitación a acoger la brisa del Espíritu, para ser bendición y misericordia para todos.

Sr Carmen Lanao

“Que Dios te bendiga con la INCOMODIDAD,
frente a las respuestas fáciles, las medias verdades, las relaciones superficiales,
para que seas capaz de profundizar dentro de tu corazón.

Que Dios te bendiga con la IRA,
frente a la injusticia, la opresión y la explotación de la gente,
para que puedas trabajar por la justicia, la libertad y la paz.

Que Dios te bendiga con LÁGRIMAS,
para derramarlas por aquellos que sufren el dolor, el rechazo, el hambre y la guerra,
para que seas capaz de estar a su lado,
reconfortándolos y de convertir su dolor en alegría.

Que Dios te bendiga con suficiente LOCURA,
para creer que Él puede hacer diferente este mundo con tu pobreza,
para que creas que Dios puede lo que otros proclaman imposible.

Que Dios te bendiga con la NOCHE,
para que tus ojos se abran a una luz mayor, a una verdad por descubrir,
para que te haga entrar en comunión con la noche de los que ahora no ven,
para que descubras una mirada que siempre ha estado y siempre estará.

Que Dios te bendiga con la SOLEDAD Y EL ABANDONO de todos,
para que empieces por fin a darte cuenta de quiénes son y de quién eres tú,
para que te descubras en tu desnuda verdad y aprendas a AMAR.

Que Dios te bendiga con el CANSANCIO,
para que, por fin, descanses de ti mismo y de lograr,
para que aprendas a respirar, a estrenar, para que Dios descanse en ti y contigo.

Que Dios te bendiga con la POBREZA, la DESNUDEZ y el VACÍO que te asusta,
para que gustes la verdadera riqueza, el don inapreciable,
y te dejes arropar y evangelizar por los pobres,

Señor, bendíceme, bendícenos a todos, nuestras hermanas y hermanos, con lo que tú sabes más necesitamos, con lo que tú más necesitas, COMO A TI TE DÉ LA GANA… “
(Miguel Márquez, carmelita. Vaticano, 30 de enero 2016)