25 de julio: Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores

Publicado el : 21 de julio de 2021

El 25 de julio de 2021 la Iglesia celebra la primera Jornada mundial de los Abuelos y de los Mayores.
Una oportunidad para alegrarnos con todas nuestras hermanas, especialmente con aquellas que nos iluminan en camino a través de la sabiduría de los años.
Al final de la página, algunos apoyos pastorales descargables para celebrar adecuadamente la Jornada en nuestras comunidades.
¡No pierdamos esta oportunidad!

«Individualmente o como Iglesias, podemos hacer mucho por las personas mayores. Por ello, deseamos que la celebración de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores se viva como un momento de fiesta que implique a todas las generaciones. No se trata de una felicidad ingenua, sino de una alegría que nace de la conciencia de que el Señor está cerca de la vida de los mayores y de los jóvenes: Él está con nosotros todos los días.

Hay muchas herramientas pastorales que pueden servir para concretar la preocupación pastoral por las personas mayores.

La Jornada que hoy celebramos nos ayuda a comprender que todos, jóvenes y mayores, abuelos y nietos, pertenezcamos o no a la misma familia, somos “Un solo cuerpo y un solo espíritu, como una es la esperanza a la que hemos sido llamados”. Esta toma de conciencia nos consuela y nos constituye como pueblo
al reunirnos en torno al altar en el que el Señor multiplica el pan de vida y la Palabra de nuestra salvación. Las personas mayores, al igual que los jóvenes, son importantes. Sin ellos el cuerpo de la Iglesia carece de algo. Por eso es necesario que tengan el lugar que les corresponde dentro de cada una de nuestras comunidades. Es fundamental que compartamos la vida de las personas mayores del mismo modo que el Señor, al darnos su Cuerpo y su Sangre, nos ha hecho partícipes de la suya».

Card. Kevin Farrell
Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida


Oración para la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores

Te doy las gracias, Señor,
por el consuelo de tu presencia:
También en la soledad,
eres mi esperanza, mi confianza;
¡Desde mi juventud, eres mi roca y mi fortaleza!

Gracias por haberme dado una familia
y por la bendición de una larga vida.
Te agradezco los momentos de alegría y de dificultad,
por los sueños cumplidos y por los que aún tengo por delante.
Te agradezco este tiempo de renovada fecundidad al que
me llamas.

Aumenta, Señor, mi fe,
hazme un instrumento de tu paz;
enséñame a acoger a quien sufre más que yo,
a no dejar de soñar
y a narrar tus maravillas a las nuevas generaciones.

Protege y guía al papa Francisco y a la Iglesia,
para que la luz del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra.
Envía tu Espíritu, Señor, a renovar el mundo,
para que la tormenta de la pandemia se apacigüe,
los pobres sean consolados y toda guerra termine.

Sostenme en la debilidad,
y concédeme vivir plenamente
cada momento que me das,
con la certeza de que estás conmigo cada día
hasta el fin del mundo.
Amén.


El Mensaje del Papa Francisco para la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores

Herramientas pastorales para la animación de la Jornada
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