Caleruega, lugar dominicano

Publicado el : 28 de julio de 2015

Quizá no hayas oído hablar nunca de Caleruega. O tal vez sí, pero tienes una idea confusa de qué lugar es este o cuál es el interés que puede tener para ti. Seguramente lo relacionas vagamente con los frailes dominicos que conoces o de los que te han hablado. Déjame que te aclare un poco este asunto.

Te diré, sin rodeos, que Caleruega es un lugar santo para los dominicos. O, si prefieres, es para ellos un reclamo permanente y una fuente de inspiración. ¿Por qué? Porque en este pueblecito burgalés –entre Aranda de Duero y Santo Domingo de Silos–de apenas doscientos habitantes nació su fundador, un recio castellano medieval llamado Domingo de Guzmán. Era una época de enfrentamientos constantes, en nombre de la fe, con los ejércitos del Islam afincado en España desde hacía más de cuatro siglos. Caleruega misma fue villa fortificada, como testimonian la torre de la iglesia parroquial y el llamado torreón de los Guzmanes, emplazado en el recinto de la casa de Domingo. Él vivió aquí al menos los primeros años de su infancia, aprendiendo de su madre la compasión por los pobres, que luego practicaría generosamente, y de su padre el aprecio y la defensa de la fe cristiana, cuyo estudio y difusión le ocuparían el resto de su vida.

Ese ideal creció con él. Pero en su realización hay un notable contraste con la actitud de muchos de sus contemporáneos. Para defender la fe Domingo no empleará las armas de la guerra de su tiempo, sino otra muy distinta: la palabra. Una palabra que nace en el corazón –que brota de la experiencia de Dios– y que se moldea en el estudio asiduo de la Verdad revelada y en el conocimiento penetrante de las necesidades y las aspiraciones humanas de cada época. Una palabra que se hace oír con el vigor de la predicación evangélica: su fuerza de convicción le viene del testimonio de una vida austera y entusiasta, unida al rigor de una sólida argumentación racional. Los dominicos han heredado de su Padre tres rasgos característicos: la hondura de la oración (la liturgia comunitaria es uno de los pilares de su espiritualidad), la seriedad del estudio (medio ascético peculiar de la vida dominicana desde sus orígenes) y el ardor de la predicación en sus múltiples modalidades (es lo que define la misión de la Orden).

http://caleruega.dominicos.es

Escribe un comentario
  • Su nombre

  • Comentario