Chile, 1993-2013 : Reseña de la congregación romana de santo Domingo en Chile

Publié le : 15 juillet 2013

En el capítulo de la provincia de España del año 1989 se recogió “la llamada a hacernos presentes al servicio del Reino en América Latina”. El gobierno provincial fue el encargado de hacer las gestiones necesarias para perfilar el país donde implantar nuestro proyecto misionero, que nacía como respuesta al deseo de las hermanas de vivir en este lado del mundo en medio de los pobres.
Después de un largo discernimiento, con encuentros de hermanos y hermanas dominicos, conocedores de la realidad Latinoamericana, se decidió venir a Chile. Previamente lo hicieron la priora provincial, Rosario de Meer, y una consejera, Mercedes Silió, con el fin de visitar, conocer las posibilidades y tener los primeros contactos con la realidad chilena, la Iglesia, las comunidades Eclesiales de Base, la conferencia de religiosos y religiosas, y la familia dominicana.

En enero de 1993 llegaron las hermanas Gloria Escolar, María Jesús Cútoli e Ysabel Barroso, acompañadas de la priora provincial. Fueron acogidas por el provincial de los hermanos dominicos, Félix Fernández, y se instalaron en el convento de Santo Domingo para ir viendo donde insertarse. Visitaron dos lugares, Lampa y la Zona Sur de Santiago. Se decidieron por la zona sur de Santiago, invitadas por el vicario, Rafael Hernández.

“Estas primeras semanas han cundido tanto, y de un modo tan providencial, que ya hemos encontrado esa 1ª inserción donde aterrizar, empezar a caminar y descubrir esta nueva realidad”. Carta de las hermanas a la provincia de España. Febrero 1993
Otro espacio importante para la mayoría de nosotras ha sido el Centro ecuménico Diego de Medellín, lugar de diálogo, apertura y reflexión teológica desde una visión ecuménica y de género en torno a temas sociales y de actualidad.
La presencia de la congregación en Chile se inició con hermanas de la provincia de España.
A lo largo de estos 20 años, además de las hermanas que fundaron la comunidad, han sido asignadas a ésta Mª Carmen García (que dejó la congregación en 1997), Neli Armas, Virgilia León, Lola Munilla y Carmina Pardo. La comunidad se fue abriendo a la congregación, incorporándose hermanas de otras entidades : Brasil (Zilda Tomas), Francia (Edith Demain, Corinne Koenig y A. M. Guénégo)
“Desde el primer día de nuestra llegada resonó la palabra acompañar como la tarea específica de los agentes pastorales consagrados” Proyecto misionero 1994.
Para vivir esto, ayudó mucho la colaboración cercana con los sacerdotes columbanos ; una relación horizontal, fraterna y de trabajo en equipo, son los rasgos de esta reciprocidad.
La inserción de las hermanas en la población se fue transformando en una casa abierta para todos y todas, donde el diálogo y la escucha a las personas iban tomando protagonismo. Con motivo de una jornada de reflexión cuyo tema era la mirada de los laicos sobre la vida religiosa, los laicos dijeron :
“nosotros los chilenos somos clasistas y discriminadores, y ustedes, en lugar de irse a un lugar mejor, se quedaron con nosotros”, y “a ustedes las encontramos caminando por nuestras mismas veredas”
Estas palabras impactaron a las hermanas.
Con el correr del tiempo nos fuimos haciendo puente entre algunas personas de Chile y otras extranjeras (todas ellas en relación a la familia dominicana) que querían colaborar económicamente para el desarrollo de la población a través de proyectos.
Durante estos 20 años ha sido muy importante incorporarnos al estilo de trabajo pastoral de la Vicaría Sur y al decanato de Santa Rosa Sur, donde hemos podido cultivar las relaciones fraternas, el apoyo y el trabajo en equipo. El 60% de las religios@s y sacerdotes de esta Zona en comunidades de inserción son extranjeros, muchos han vivido más de 40 años fuera de su país, y nos han interpelado por ser mujeres y hombres valios@s por su fe y compromiso social.
Las hermanas no sólo han trabajado en la población, sino que se fueron abriendo a un trabajo más amplio : en la Vicaria de la zona Sur, Conferre, la ONG Centro de Educación Humana en La Pintana, y el policlínico Monseñor Enrique Alvear (centro de rehabilitación de adicciones).

En el ámbito de la FADO (Familia Dominicana), desde un principio se apostó por colaborar y participar de forma activa en las comisiones, acciones y encuentros que surgieran. En los últimos años potenciamos la colaboración con una comunidad de jóvenes del MJD (Movimiento Juvenil Dominicano) para hacer apoyo escolar con los niñ@s de la población. Esta iniciativa surgió desde el equipo de pastoral de la Academia de Humanidades. Nos hemos implicado con entusiasmo en las celebraciones de Santo Domingo ; celebrando, por varios años, las fiestas patrias en Pudahuel con las Misioneras del Rosario, y reflexionando en reuniones comunitarias en La Legua con estas mismas hermanas ; en las misiones de la familia dominicana ; en la formación inicial, participando y haciendo equipo con las formadoras ; en varias ocasiones hemos ido a los monasterios de las monjas, en Yerbas Buenas, Copiapó y en Santiago, para estar un día o una semana de retiro. Ha sido un espacio donde hemos sentido que creábamos familia, y lo hemos privilegiado conscientes de la reducida presencia de nuestra congregación en Chile. Esta ha sido nuestra familia en Chile. Desde hace varios años, hemos acompañado a un grupo de laic@s de la población que querían acercarse más a la espiritualidad dominicana, para ahondar en esos rasgos que percibían en nosotras y en las oraciones de Catalina de Siena, de democracia, diálogo, libertad … llegándose a crear la fraternidad laical “Catalina de Siena”.

En febrero llegaron a la parroquia San Columbano, con 7 comunidades eclesiales de base, un sector de 44.000 personas de la comuna El Bosque, animada por un equipo columbano compuesto por sacerdotes y laicas columbanas. La comunidad se fue implicando y comprometiendo en el acompañamiento de las comunidades cristianas de base, en las comunidades eclesiales de base y en la pastoral social ; ésta última respondía a las necesidades de la población en general, independientemente de sus creencias religiosas. Lo expresaban ya así las hermanas, en una de sus primeras cartas :
”¿Qué deciros de las impresiones que me suscita el primer contacto con las poblaciones ? Presiento la llamada apremiante a vivir un proceso de transformación profundo. Es como si lo vivido hasta ahora valiera poco y fuera necesario vivir lo de Nicodemo : nacer de nuevo, para abrirnos a otra cultura, otra psicología, otro modo de vivir nuevos planteamientos pastorales…lo anterior quedará de cimiento, pero hace falta empezar a construir de nuevo…. Febrero 1993.
Y en marzo de 1993 recibieron la visita de las primeras hermanas de la congregación, Mª Benedicta Takeda y Mª Elizabeth Adachi.
Y Benín (Alphonsine Gbannan), llegándose a crear una comunidad internacional. La experiencia más larga fue con Anne Marie Guénégo (2006-2011). Otras hermanas españolas (Nieves Botrán, María Ferrández, Mª Concepción Achirica, Guadalupe Mediavilla, Silvia Bara y Mª Rosa Nieto) han venido a apoyar la comunidad durante 1 ó 2 meses, y algunas hermanas en formación (Inmaculada Mediato y Esther Santana) por un tiempo más largo.
Para todas ellas esta inserción ha dejado una huella muy positiva. Así mismo, se acogió durante un año a una voluntaria de EEUU a través del voluntariado dominicano internacional (DVI), y a algunos jóvenes español@s por unos meses.
Esta misión ha estado y está llena de sentido para nosotras. Sin embargo, la necesidad de reestructuración en nuestra provincia, así como la dificultad para encontrar hermanas disponibles para asumir esta misión, han llevado a nuestro consejo provincial a tomar la decisión de cerrar la comunidad, decisión que asumimos fraternamente desde el compromiso y la pertenencia a nuestra provincia en España.
Damos gracias a Dios por este regalo, por los crecimientos, las relaciones, la fraternidad, el acompañamiento y el compromiso mutuo con los pobladores de este bello país, que quedará para siempre en nuestro corazón.

Las prioras generales o provinciales de cada momento han apoyado con fuerza e ilusión este proyecto misionero (Rosario de Meer, Jacqueline Provencher, Carmen Lanao, Carmina Pardo y Gotzone Mezo).

¡¡ CIAO Chile…Hasta Siempre !!