Comentario a las lecturas biblicas del 25 /01 /2021 - Lunes 3ª semana del TO Conversión de S. Pablo

Lecturas:
• Hch. 22,3-16
• Sal. 116
• Mc 16,15-18

“ ¿Qué he de hacer, Señor?.”

Hoy la iglesia nos presenta la Conversión de S. Pablo: Jesús y Saulo, Pablo y Jesús. Fue necesario, que en el celoso perseguidor se apagase la luz del mundo de sus ojos, para que brillara en toda su persona la luz de Cristo. Así el perseguidor se convierte en apóstol predicador. “Yo fui alcanzado por Cristo Jesús" nos dirá Pablo.(Flp 3, 12).

En el capítulo 22 de Hch, hemos escuchado el discurso que Pablo dio en su defensa ante el pueblo judío: “oíd ahora mi defensa ante vosotros. Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio”. De entrada, Pablo no sólo se identificó como judío sino que aclaró que él conocía la ley de Dios, pues la estudió con Gamaliel, a quien todos respetaban y admiraban. Y señaló aún más, que no sólo conocía la ley, sino que la cumplía. Luego explicó que él era un judío tan celoso que él mismo persiguió a los judíos que creían en el Camino.
Seguidamente, comienza su narración del acontecimiento=encuentro con Jesús de Nazaret y lo que suscitó en él. Pablo va de camino, tiene claro hacia dónde va y para qué va. Pero he aquí, que Alguien trastorna sus planes. Es la misericordia de Dios y el poder de su gracia la que conmovida por la suerte de su elegido va a intervenir.
Cuando Dios elije, transforma todo, no lo anula sino que lo restaura haciendo que aparezca en la persona lo mejor que Dios pensó para ella en el momento de su concepción.
Pablo les dio su testimonio de cómo llegó a convencerse de que Jesús era el Mesías. No fue por algo que oyó sino por lo que vivió. Pablo comienza expresando una disposición total: “¿Qué quieres que haga, Señor?. Es deslumbrado por una luz en pleno día que le hace descubrir “su noche interna y externa”. “Pasé 3 días sin ver, sin comer y sin beber” Así lo manifiesta en Hch 9,9. En esta ceguera permanecerá hasta que Ananías seguidor del Camino, le ayude a descubrir la vocación y misión que le tiene reservado el Señor Jesús: “él llevará mi Nombre ante los gentiles y los hijos de Israel…” “yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre” (Hch 915-16).
Con esto, Jesús nos muestra que la disposición y obediencia a Él y su evangelio, nos llega en la mayoría de los casos a través de mediaciones humanas: “Allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas” Es como decirnos: comienza por desprenderte de todos tus apoyos, de todas tus seguridades, deja todo lo pasado…y ven.
Pablo recordando el encuentro, subrayar que su conversión no fue resultado de pensamientos o reflexiones, sino fruto de una intervención divina, de una gracia divina imprevisible. A partir de entonces, todo lo que antes tenía valor para él se convirtió paradójicamente, según sus palabras, en pérdida y basura, pero “ yo fui alcanzado por Cristo Jesús" (. Flp 3, 7-10).

“Id por todo el mundo,…a toda la creación.”

Jesús lo dijo a los discípulos de ayer y nos lo dice a nosotros hoy: ¡vayan!, ¡vayan! Y ellos tienen la fuerza de salir, (lo hemos constatado en la 1ª lectura con Pablo) porque ya han experimentado la gracia y la alegría del evangelio, como nos repite el Papa Francisco que afirma que la Buena Noticia de Jesús: “se experimenta, se conoce y se vive solamente dándola, dándose”.
Para nosotros es fácil examinarnos sobre el envío que Mc al final de su evangelio nos deja. Lo difícil es aprobar este examen, pero será posible si dejamos que la gracia de Dios actúe. “ Yo fui alcanzado por Cristo Jesús". ¡Qué mejor oración que ésta de Pablo.
Al proseguir la lectura de Mc vemos que Jesús enumera y expresa ya lo que debemos llevar, no carguemos de cosas inútiles el hatillo de nuestro corazón:
> Id y anunciad la Buena Noticia a todas las gentes.
> Id y al que crea, bautícenle.
> Id y en mi nombre expulsen el mal.
> Id y utilicen un nuevo lenguaje.
> Id y sanen a los enfermos ungiéndolos en mi nombre.

Podríamos seguir enumerando hacia quienes sigue enviándonos hoy Jesús. Cada uno puede hacer su lista.
Recordando que Él los envió a todas las gentes. Y en ese “todos” de hace más de dos mil años estábamos también nosotros. Jesús nos señala también a no seleccionar quién es digno y quién no de recibir su mensaje y su presencia. Él, abrazó siempre la vida tal cual se le presentaba. Llegaran con un rostro o con otro. Nunca preguntó por el cumplimiento de la Ley de Dios para actuar, simplemente actuó según la necesidad de toda persona que se acercaba a Él.
Nuestro mundo sigue teniendo muchísimas necesidades y muchas veces aún sin saberlo siguen esperando un Salvador. Nosotros hemos tenido la gracia de ser encontrados por Él, de haber respondido con generosidad a su llamada, a veces con temor y temblor le hemos preguntado como Pablo. “¿Señor, qué quieres que haga?” Démonos tiempo y silencio para escucharle, porque a pesar de nuestras limitaciones y pecado, Él sigue contando con cada uno de nosotros. Amén

Hna V. León