Comentario a las lecturas biblicas del dia 6/01/20

Lecturas:
1 Jn 4,11-18
Sal 71, 1-2. 10-11. 12-13
Mc 6, 45-52

En el amor, no hay lugar para el temor

Hoy la primera lectura se inicia expresando una condición que ha frenado mi lectura. “si Dios nos ha amado así.” Así, ¿cómo? Me he quedado imaginando un auditorio, mirando a la sociedad con la que fácilmente nos encontramos cada día y que puede carecer de una experiencia de fe, y quizás sin cultura religiosa, ¿se sentiría interrogada? Y entonces he sentido la necesidad de ahondar en el V10 para captar bien el mensaje, deseando que se haga vida en mí, para poder decirle y sobre todo vivirle. “el amor consiste en que Él nos amó y envió a su Hijo para librarnos de nuestros pecados”. Este es el criterio donde se apoya y radica nuestra identidad cristiana. La fe en la persona de Jesucristo, el Verbo de Dios hecho hombre. Esta es la verdad.

Vayamos a la 2ª parte de este mandamiento: “También nosotros debemos amarnos unos a otros”. Podemos señalar que no hemos visto a Dios y que entonces no sabemos cómo Él ama. Juan nos da la respuesta repetidamente, he aquí el modelo que nos presenta: Si nosotros nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y nosotros en Él” Ahí, en nuestra forma de obrar, los creyentes y no creyentes pueden interrogarse sobre Dios. El verdadero amor cristiano es concreto, se centra en poner hechos bajo las palabras que decimos, con esto, no hay donde perderse. Tuve hambre y me disté de comer, tuve …Jesús narra sobradamente este mensaje en los evangelios.

Este mensaje no es para ponernos a temblar. “En el amor, no hay lugar para el temor”, sigamos contemplando la sencillez del Niño de Belén. Pidámosle la gracia de entender el verdadero amor. ¿Qué hago por Dios, y qué hago por los demás?

¡Ánimo! ¡Soy yo!

El evangelio de hoy sigue a la. multiplicación de los panes y los peces. Jesús va manifestando quién es Él poco a poco, lo revela con paciencia, enseña y anuncia. Mc nos presenta hoy a Jesús en una actitud de tener prisa, obliga a sus discípulos a subir a la barca y a adentrarse en el lago. ¿Qué le mueve a actúa así? Mc no lo explica, vayamos pues a buscar luz en el contexto.

Con el milagro de la multiplicación, la gente concluye que Jesús debe ser el Mesías esperado y quieren hacerle rey. Quizás hasta los mismos discípulos se contagiaron del entusiasmo. Esta manifestación de la gente supone una tentación para Jesús y para los discípulos. Jesús había superado otras muchas en su vida pública, tiene recursos. El texto dice: “cuando despidió a la gente se fue al monte para orar”. Aquí está su fuerza. Se pone en acción, desea proteger a sus discípulos y por eso les empuja a salir de ahí.

Al anochecer están ya en medio del lago, todos juntos, pero sin Jesús, esto no hace que se sientan con fuerza, es más Mc señala que Jesús les percibe “cansados de remar”, no avanzan.

Pensemos en todos los elementos tal como los describe Marcos son un espejo para nuestra vida espiritual. ¡Noche! ¡Viento contrario! No consiguen nada, ¡tanto esfuerzo perdido!

Y Él los ve, siempre está implicado en nuestra historia. Va hacia ellos caminando sobre las aguas, pero no le reconocen, aún más “creen que es un fantasma”, se asustan, el pánico se apodera de ellos y solo les queda el grito. Este grito hará que Jesús modifique la trayectoria que lleva, se acerque a ellos y les diga: “¡Ánimo! Soy yo, No temáis”. Con todo no logran identificarlo. El espanto de los discípulos no disminuye a pesar de que Jesús sube a su misma barca y el viento se contiene, pero la noche exterior los envuelve y en su corazón también es de noche.

En los últimos versículos, muy brevemente Mc hace un comentario crítico para darnos luces y esperanza, “ellos seguían más asombrados, no habían entendido lo de los panes y su mente seguía embotada, endurecida”. Termino con las palabras de Jn, “En el amor no hay lugar para el temor, el amor perfecto echa fuera el temor” Cultivémoslo.

Hoy Jesús sigue preguntando: ¿por qué, y a qué tienes miedo? ¿Te has sentido “perdido”, paralizado? Mírate en los discípulos, ¿Cuántas veces reaccionamos de la misma manera que ellos?

Hna Virgilia LEON GARRIDO