Comentario de las lecturas biblicas del dia 26 /07 /2022 - Martes, 17ª semana del T.O

Lecturas :
Jer 14,17-22
Sal 78
Mt 13,36-43

Diles estas palabras: “mis ojos se deshacen en lágrimas…”

La 1ª lectura comienza describiéndonos un cuadro desolador, es la imagen que contemplan los ojos divinos que lo refleja en los ojos del profeta para que éste los pronuncie ante el pueblo. Es una visión del reino de Judá en plena destrucción, todo es amargura y dolor. Yahvé mira a su pueblo que está bajo una herida grave de exterminio, tanto en el campo como en la ciudad. Más aún, los mismos profetas y sacerdotes han perdido la función de ser los guías religiosos que sostengan la fe del pueblo, “andan errantes y sin sentido por el país”. Ante tanta desgracia que llega por parte del Señor, Jeremías no desfallece, es consciente y confiesa las culpas del pueblo, pide ayuda: “¿Has desechado totalmente a Judá?”
La finalidad de esta profecía es enfrentar al pueblo con su propio pecado, no para hundirlo en él, sino para que vea, clame al Señor y regrese purificado.
En la 2ª parte, Jeremías va desgranando su súplica angustiosa ante Yahvé, él conoce a un Dios misericordioso y a Él se dirige. Ante tanta ruina, el profeta se identifica con el pueblo “hemos pecado contra Ti y merecemos tu castigo y abandono”, pero Tú no eres como los dioses paganos, Tú puedes evitar esta destrucción. Recuerda, sí, recuerda que Tú nos elegiste como tu heredad, recuerda oh Yahvé y no rompas tu alianza y la promesa de guiar siempre a tu pueblo.
Según avanza el relato, pareciera que ya no queda esperanza, pero Jeremías vuelve a insistir: Ciertamente todo nos ha sobre venido por los pecados de Judá, pero por el honor de tu nombre no permitas que los pueblos paganos crean que nos has rechazado o más aún que Tú no eres el verdadero Dios. Todo esto sería la mayor tragedia que nos puede sobre venir. Jeremías termina con un grito de total confianza: “Nosotros esperamos en ti, porque eres tú quien hace todo eso.”
Al contemplar y orar con este texto les invito a que hagamos una lectura contrastada con nuestra propia realidad social y religiosa. Seguro que descubrimos un gran número de semejanzas y acciones que nos ofrezcan luces en nuestro caminar. ¡Cuánto necesitamos aprender de la actitud del profeta!

“Señor, acláranos el sentido de la parábola”

La explicación que Jesús se apresura a dar a sus discípulos una vez entrado en casa y escuchado la petición, supone una condescendencia con ellos, les ofrece una instrucción especial. La gente que le sigue se quedará solo con la predicación de las parábolas. Bien es verdad que los discípulos solo piden la explicación sobre una: “la de la cizaña”
Comienza Jesús su explicación. La realiza de un modo sorprendente. Casi todas las personas y acciones del relato son transferidas a la realidad religiosa y son enumeradas como en una lista. Dice: El Hijo del hombre es el sembrador de la buena semilla; el campo es el mundo,… y va siguiendo la lista.
En un estudio bíblico entraríamos a ver que puede significar el lenguaje y las formas que emplea, en qué sentido esta dicho, la utilización de tales expresiones en Mt y en otros libros de la biblia, qué opinan los biblistas, etc… Aquí, dejamos esto; voy a intentar expresar lo que me dice a mí.
Me pregunto si es que ésta parábola de la cizaña es más confusa, o es más clara que las otras, o lo que cuesta es llevarla a la práctica? Hay unos versículos en la parábola, -que no han sido leídos hoy- (v 29-30) son la respuesta del señor a sus siervos, que quiero traerlos aquí, recordarlos y sentir cómo ellos son luz para la lectura de hoy” ¿Quieres que vayamos a arrancar la cizaña? Él les dijo: “no, no sea que, al arrancar la cizaña, arranquéis con ella el trigo. Dejad que crezcan juntos ambos hasta el tiempo de la siega; entonces diré…” Es una verdadera exhortación a tener la paciencia necesaria para la espera de la siega o del juicio final.
Me imagino un campo de Castilla en estos momentos cuando la siega está en su apogeo. Han transcurrido bastantes meses desde la siembra y el labrador ha contemplado su campo con esperanza de una buena cosecha. Ha realizado todo lo que depende de él para que la cosecha llegue a su fin. Y el final, ya está.
Así está haciendo Dios con la humanidad, (aquí podemos colocar: nación, pueblo, comunidad, yo misma, tu vida, etc…) Dios tiene una paciencia inmensa, es Él fiel. ¿Y yo, y tú? ¿Cómo se desarrolla nuestra existencia cotidiana? Dios sigue caminando a nuestro lado, ve lo malo y lo bueno crecer juntos en este caminar, pero Él, no está de brazos cruzados simplemente esperando,…como tampoco nosotros podemos actuar pensando solamente en el dramatismo de esos tres últimos versículos de Mt- si es así; nos estaríamos perdiendo lo mejor de haber sido salvados. No podemos aceptar el vivir alejados de la vida de Dios. De nosotros depende.

Hna Virgilia León Garrido