Commentario de las lecturas biblicas - Martes 14 de diciembre 2021
Lecturas :
Sofonías 3,1-2.9-13:
Sal 33,2-3.6-7.17-18.19.23 R/.
Mateo 21,28-32
Nos acercamos con premura a acoger y celebrar el Misterio de Belén, el ambiente bullicioso de Navidad en las grandes ciudades nos envuelve y contagia, es más, parece que ya es Navidad, no permitamos que el estrés de estos días de compras y preparación nuble el significado de este tiempo de Adviento; significa la presencia de Dios ya comenzada, pero aún no es total, está en proceso de crecimiento y somos nosotros los creyentes, quienes hemos de hacerlo presente en nuestro mundo. No dejemos pasar ninguna ocasión.
Dejaré en medio de ti, un pueblo humilde
Esta primera lectura consta de dos partes, según el contenido: La primera, son los dos primeros versículos que constituyen una queja dolorosa de Dios, al ver que Jerusalén, lejos de oír su voz, de escuchar su llamada, de buscarle y arrepentirse con sincero corazón, se ha convertido en ciudad rebelde, impura, opresora, ciudad atea. No obedecen, no aceptan ninguna corrección, ni confían, ni se acercan al Señor. Viven ausentes de Dios, Él no tiene cabida en esta sociedad materialista, le han expulsado fuera.
La historia del pueblo escogido es una larga serie de infidelidades e idolatría, de alianzas con Yahvé y de perdón. La paciencia de Dios no tiene límite.
(Hay una amenaza de destrucción y condena por parte de Dios que corresponde a unos vv. que no se leen hoy)
En la segunda parte de la lectura, Sofonías nos presenta a Dios que se desborda generosamente en promesas de restauración mesiánica. “Yo daré, yo transformaré los pueblos”,-es la salvación universal-, purificaré sus labios para que todos invoquen el nombre del Señor..., mis hijos dispersos me aportarán ofrendas y todos unidos, me servirán.
Anuncia lo que será el comienzo de una era nueva, que verá la conversión y la afluencia de paganos en el pueblo de Dios: visión mesiánica y universalista. Es emocionante oír que el mismo Dios llama a los «paganos» sus «hijos dispersos» (V10). Dios no se olvida de ninguno... ¡incluso cuando éstos le olvidan o le olvidemos!
El final del texto describe con especial ternura a un pueblo renovado: sencillo y humilde, el “resto de Israel”, signo de esperanza salvadora. Es como el anuncio de lo que sucedió en Belén y que dentro de unos días somos invitados a hacerlo vida en nuestra historia
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?
Jesús cuenta esta parábola, (exclusiva de Mateo), en el templo. El contexto es de claro rechazo de los dirigentes judíos hacia Jesús. La pregunta introductoria se dirige a los sumos sacerdotes y a los ancianos, que habían venido a interrogarle sobre su autoridad. Pero también Mateo, con esta parábola se está dirigiendo a los cristianos de su comunidad, y de igual manera, a los de hoy.
Jesús no pierde la paz. Con paciencia incansable sigue llamándolos a la conversión. Les cuenta la conversación de un padre que pide a sus dos hijos que vayan a trabajar a la viña de la familia.
Jesús pone delante de ellos dos actitudes; lo hace con dos cuadros diferentes, los detalles que Jesús expresa enriquecen la lectura. Es un padre que cariñosamente pide algo a sus hijos. El primero rechaza al padre con una negativa tajante: “no quiero”. No da explicación alguna. Sencillamente no le da la gana. Sin embargo más tarde reflexiona, se da cuenta que está rechazando al padre y, arrepentido, marcha a la viña. El segundo atiende amablemente la petición de su padre: “voy señor”. Parece está dispuesto a cumplir sus deseos, pero pronto se olvida de lo que ha dicho. Todo queda en palabras y no va a la viña.
¿Quién hace la voluntad del padre?
La respuesta es clara: el que va a la viña, aunque antes se hubiera negado a ello. Hasta aquí, no hay duda sobre la enseñanza de la parábola: No vale lo que los hijos dicen, sino lo que hacen.
A continuación, Jesús reinterpreta la parábola a la luz de la situación de hostilidad que está sufriendo por parte de las autoridades religiosas. Comienza la explicación de manera directa y provocativa: “os aseguro que los publicanos y prostitutas os llevan delantera en el camino del reino de dios”. Quiere que reconozcan su resistencia a entrar en el proyecto del Padre. Ellos que son los guardianes y especialistas del templo, del culto, y de la ley. Ante el pueblo son irreprochables. No sienten la necesidad de conversión y van rechazando tanto las enseñanzas de Juan como el mensaje de Jesús, hasta llegar a apresarle y condenarle.
Por el contrario, los publicanos y prostitutas que son los que han dicho un gran no al dios de la religión, han quedado fuera del culto y de la ley judía. Sin embargo su corazón se ha mantenido abierto a la conversión. Llegó Juan y se acercaron a recibir su enseñanza, y al llegar Jesús se apresuraron a seguirle. Esta invitación solo nos llega si nos sentimos necesitados.
Hoy, una vez más, el Señor nos invita a entrar en la voluntad del Padre, a convertirnos, a ser coherentes y testimoniar ante el mundo con nuestra vida que merece la pena creer en su promesa.
Hna. Virgilia León Garrido