“Haciendo Historia Compartida”

Published : 31 October 2018

Con este lema, celebramos el día 20 de octubre, en la Finca, una jornada festiva abierta a todas aquellas personas con las que hemos recorrido una parte de nuestra historia misionera; a muchas de ellas les hemos acompañado durante su adolescencia y juventud.

Desde hace 2 años, las hermanas hemos estado conversando de cómo volver a convocarles. La iniciativa no partió sólo de nosotras, varias personas con las cuales continuábamos en contacto, habían manifestado el deseo de volver a encontrase con nosotras y entre ellas.

El día del encuentro, vino gente de diferentes lugares de España donde hemos estado o estamos presentes: de varios barrios de Madrid, Valladolid, Canaria y Bilbao. Igualmente, vinieron varios sacerdotes y religiosos de las diferentes parroquias, con los que habíamos realizado este camino de evangelización.

Al llegar a la Finca (Valladolid) un gran cartel con “Dominicas y Bienvenidos” invitaba a entrar en un lugar muy conocido y querido. Todos-as señalaban “que ya habían llegado a casa y se encontraban en familia”, la alegría rebosaba en todos. Ellos, al entrar, nosotras, al acogerlos. Unos y otras haciendo un esfuerzo “por reconocernos e intentar recordar nombres”. Muchos llegaban .con la familia que habían constituido y alguna abuela que deseaba conocer el lugar= (La Finca), que tantas veces habían oído nombrar a sus hijos e hijas.

En la acogida, varias hermanas les entregaban una pequeña cartulina dónde colocar su nombre, lugar y año que se encontraron por 1ª vez con las “domi”; al colocársela y mirarnos, los recuerdos, risas, experiencias, admiración….salían a borbotones. Todo era alegría desbordante.

Llegado el momento comenzó el ensayo de cantos con varios instrumentos musicales que habían traído. Mientras, íbamos colocando fotos antiguas de los grupos de hace 20 ó 30 años, de convivencias, pascuas, retiros, campos de trabajo, fiestas… que durante muchos años habíamos compartido. Antes de esto, les habíamos invitado a hacer un recorrido por toda la sala, donde varias hermanas habían colocado una exposición de dominicos y dominicas, su vida y obras, resaltando lo significativo y relevantes que son dentro de la familia dominicana y de la Iglesia.

A las 12,15h comenzamos la Eucaristía presidida por Fray Carmelo OP, prior de la comunidad de San Pablo aquí en Valladolid. ¡Qué suerte haber podido contar con él!, un lujo, que agradecimos enormemente, no solo por la fraternidad dominicana, sino también por el talante y contenido que introdujo en toda la celebración. Ambiente distendido y profundo, participativo y muy democrático, dónde cada uno-a tuvimos nuestro papel. Los laicos sintiéndose reconocidos, sacerdotes con-celebrantes realizando su aporte y nosotras guiando una Eucaristía que habíamos preparado con mucha ilusión, no dejando nada al azar. Desde la decoración realizada y colocada, por varias hermanas ayudadas por amigos, que habían madrugado para llegar con tiempo y con disposición de echar una mano, si se necesitaba, hasta momentos preparados en la Eucaristía donde pudimos todos comentar y dar gracias hoy por ese “hacer historia compartida”, agradeciendo la amistad y el acompañamiento recibido en el crecimiento humano y de fe.

Nos recordaron ¡cuánto habíamos sembrado, y cuánta cosecha estaba ante nuestros ojos! Las referencias a Dios, sus búsquedas, dudas, ciertos abandonos y encuentros…, se hicieron presentes en todas las participaciones en la Eucaristía. Lo que más sobresalió fue una constante acción de gracias.

A las 14:00h con un sol radiante, y con un grupo grande de niños-as que correteaban por todo el jardín explotando globos=piñatas con gran cantidad de dulces, adultos conversando del “ayer” reflejado en el hoy; se inicio el compartir la mesa de la comida. Habíamos colocado un gran número de mesas forradas de blanco y adornadas con flores. El catering maravillosamente llegó puntual y con unos alimentos tan elegantemente preparados que invitaban a ser degustados. Muchas manos se ofrecieron para servir y los alimentos ricamente cuidados, abundantes y sabrosos, iban desapareciendo entre las mesas. Todos manifestamos lo agradable que estaba siendo ese momento, lo rico de los alimentos servidos y un día primaveral regalado. ¡Qué más podíamos pedir!

Después de la comida, mientras algunas recogíamos las mesas se sirvió el café y con una larga sobremesa enlazamos con otro momento programado: Repertorio de canciones de ayer y de hoy, una verdadera sinfonía de voces e instrumentos, un regalo de recuerdos en la mente y el corazón, penetrando por nuestros ojos y oídos.

A media tarde dio se inicio la última actividad programada del día: una gymkana, llevada por un grupo de hermanas que con antelación la habían preparado. Se formaron 4 grupos y fueron recorriendo varios lugares de la casa y jardín. El tema de la gymkana era sobre la espiritualidad y carisma dominicano. Les ofrecimos realizar pruebas sobre 4 aspectos de la vida dominicana. Los participantes contagiaban alegría y entusiasmo por realizar “algo” que les recordaba un tiempo en el que hace mucho habían participado. Era un continuo pasar del ayer al hoy.

En varias sugerencias que al marchar nos dejaron con vista a futuros encuentros, estaba el ahondar en los aspectos de la espiritualidad dominicana, que tendremos en cuenta.
Con el corazón inmensamente agradecido, comenzaron las despedidas, los coches iban saliendo; cada uno volvió a su lugar y a su vida cotidiana. Los días siguientes hemos recibido muchos mensajes de agradecimiento y peticiones para que juntos pensemos el futuro.

Varias hermanas nos quedamos en la Finca hasta el día siguiente. Y ya en ese mismo sábado 20 de octubre comenzamos a limpiar, recoger y ordenar todos los lugares y materiales que habíamos utilizado y que fueron muchos.
Damos gracias a Dios por este gran regalo de vida compartida y le confiamos nuestro futuro.

Virgi León.

Testimonios de varios laicos. La Finca

+ ¡Qué lujo haber compartido historia con “las domis” y qué bien lo pasamos el sábado 20 de octubre celebrándolo! Ya sabéis que formáis parte de nuestra historia, de nuestras búsquedas y descubrimientos y que os agradecemos muchísimo vuestros testimonios, sabiduría y acompañamiento desde hace tantos años. El sábado fue una maravilla veros a tantas, tan sonrientes y tan felices... Damos gracias por vuestras vidas y por vuestra vocación..
Beeeeesos. JUAN JOVER

+ Sábado 20 de octubre, 2018.
Poner palabras, a tantas emociones, a tantos sentimientos de golpe, todos ellos de alegría, me es complicado. El primer sentimiento fue de una alegría inmensa. Un no parar de abrazar, besar y sonreir. El abrazo con las hermanas, tras mucho tiempo. Con las que fueron referentes, con los que compartimos vida, cariño, y debates durante horas, kilómetros, y veranos.
El sentimiento de hijas pródigos que, vuelven a la casa del Padre-Madre. Un no parar de acoger a los demás y ser acogido en los brazos por los demás. El Dios del Amor con mayúsculas se hizo vida y carne en todos y cada un@. Sabíamos la historia de unas por otras. No hacía falta presentaciones. La conversación salía sola. Y nos sentimos todas queridas, en cuanto fuimos al encuentro del otra. Según salimos de nosotras mismas.
Frases como: “cuanto tiempo sin venir, cuantas ganas de volver, que bien si un día pudiéramos volver a compartir, orar, juntos!”. Sólo vivir el momento presente, el instante preciso, para decir SI al amor fraterno. Sentí incluso dolor de cabeza, de la emoción sentida, y como yo algunas más. Los que nos quedamos a dormir, teníamos el corazón tan inquieto que nos costó conciliar rápido el sueño. Y de los que se fueron, escribían para decir que llegaron bien. Eso pasa en las familias. Y siento que el sábado se reunió una parte importante de la familia dominicana. Mi familia.
Dios, se acercó y nos preguntó...Y ahora qué??.Nos llamó por nuestro nombre, ese que sólo sabe El. Estamos diseñados para iniciar procesos. Plantar la semilla, y tal vez no ver qué fruto dará. Jesús muere y con su resurrección el movimiento cristiano se expande. Llamados a morir a nuestros planteamientos de vida, y llamados a algo nuevo. A amar desde la compasión, misericordia, y la entrega al otro. Al prójimo, al próximo. Y ese “próximo”, puedes ser TU!. JOSË A: CORVI

+ El encuentro que tuvimos el sábado 20 de octubre, para mí fue básicamente eso un encuentro o mejor dicho reencuentro con un montón de personas con las que he compartido muchos momentos de mi vida, fue muy emotivo y gratificante al transportarme a una de las mejores etapas de mi vida, aunque me faltó mucha gente que no asistió y me ha acompañado muchas veces en mi proceso de crecimiento personal y de fe. Gracias por ese día tan bonito. Un abrazo. LOLA RODRIGUEZ.