Punto y seguimos. La vida puede más.

El tema de la exposición es la trata de personas. Una exposición sobre la experiencia de las mujeres supervivientes de la trata con fines de explotación sexual.

Este proyecto fotográfico pretende visibilizar y sensibilizar ante la situación de abuso y explotación padecida por tantas personas. Pretende nombrarlas porque no lo que no se nombre no existe.

La trata de personas es un negocio que mueve millones de euros mientras somete a miles de personas a situaciones de esclavitud, atentando contra su dignidad y vulnerando sus derechos fundamentales. Mujeres y hombres que son captados en sus países de origen y trasladados hasta los países de destino con fines de explotación sexual, laboral, comisión de delitos, mendicidad, tráfico de órganos y/o matrimonios forzosos. En España, la forma de explotación más habitual es la sexual, y tiene como víctimas en su mayoría a mujeres y niñas.

La inauguración se llevó a cabo por parte de la delegación diocesana de migración, como el organismo que ha hecho posible que la exposición esté en la Diócesis; del departamento de trata de personas, como responsable de la exposición; una representante de las organizaciones que trabajan con esta población, exponiendo los datos de una realidad que está muy encubierta y de la situación que se vive en las islas; el obispo acogió la exposición en nombre de la diócesis, y dio las gracias a todas las personas y organizaciones que estaban implicadas. Terminamos la inauguración con un momento más contemplativo-orante, animado por nuestra comunidad, acogiendo el drama, la indiferencia y la esperanza, recorrido de la exposición, desde la Palabra bíblica y desde la oración danzada, en la que participamos todos los presentes en el acto.