de la visita de la hermana Neli Armas a Japón

Me gustaría destacar:

Los encuentros con las hermanas, amigas y amigos varios alrededor de la mesa. La mesa fue el medio aglutinador por excelencia: la mayoría de las veces para alimentarnos con una variedad de platos, acompañado del deseo y la necesidad de diálogo, los idiomas eran varios, fue posible gracias a la ayuda de personas traductores o de aplicaciones; muchas para reflexionar compartiendo las preocupaciones, las búsquedas y los signos de vida, todas recibíamos un poco de luz al escucharnos; otras para conocer experiencias de otras entidades de la congregación; y alguna para danzar como agradecimiento de lo recibido y compartido.

Ishinomaki, una ciudad que sufrió el tsunami el 11 de marzo de 2011, con olas de más de 35 metros. El lugar devastado por el tsunami hoy es un gran parque con un museo. Me atrajo un valla con el mensaje ¡Ánimo Ishinomaki! que fue colocado varios días después por un hombre, K. Kurosawa, al cual se le unieron otros. Él cuál se salvó del tsunami porque se subió a un árbol dónde estuvo varias horas. Este mensaje aún está y cada año es repintado por jóvenes. ¡Ánimo Ishinomaki!, me habla de la fuerza y la esperanza de una persona que quiso contagiar al resto de la población, del país, del mundo. La destrucción y la muerte no tienen la última palabra, hay semillas de vida allí donde hay personas, nos necesitamos unos a otros, ofreciendo lo mejor que tenemos cada uno para que germinen la esperanza y la vida.

Gracias hermanas, amigas y amigos de Japón!

Hna Neli Armas