Comentario de las lecturas biblicas del dia 29/05/19, 6a Semana Pascua

Lecturas :
• Hch 17,15.22-18,1
• Jn 16, 12-15

“.. en Él vivimos, nos movemos y existimos.”

Encontramos a Pablo ya en su 2º viaje misionero, llegado a Atenas siente un gran desgarro interior al ver una ciudad tan culta dominada por la idolatría. Se va a dedicar a combatirla al mismo tiempo que nos da uno de sus mejores discursos para anunciarles y debatir sobre el Dios verdadero.
A los griegos les encanta un buen debate, habiendo oído predicar a Pablo en las plazas, le llevan al Areópago para que compartiera su nueva doctrina con las multitudes allí reunidas. Los atenienses están orgullosos de su capacidad intelectual y disfrutan oyendo nuevas ideas. Pablo utilizará sus dotes y formación oratoria, dejándonos un discurso en el que menciona varias ideas filosóficas con las que los mismos atenienses estarían de acuerdo, al mismo tiempo que añade su formación hebrea y sobre todo desde su experiencia personal con el Cristo Resucitado, Él y por Él, ha cambiado totalmente su vida.

Pablo puesto en píe en medio del Areópago, comienza su discurso mostrándoles que ha observado esta ciudad y que le ha dejado una grata sorpresa; les dijo: “Varones atenienses, en todo os veo como muy religiosos, (= supersticiosos)”,-en los dos sentidos se puede entender- porque paseando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual está esta inscripción: Al dios no conocido” (v. 23a). Pablo trata de conectar con los atenienses desde dónde están para guiarles hacia donde deben ir. Esta mención de un Dios no conocido o desconocido prepara el camino para que pueda hablar de su Dios conocido. “Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, a éste os anuncio yo”.

El contenido del anuncio como tal, parte de un Dios creador de todo, no sujeto a hechuras humanas, está en todas partes y para encontrarlo, sólo se necesita tener una actitud de búsqueda, “porque en Él vivimos, nos movemos y existimos”. Se da en el auditorio una escucha atenta. La ruptura llega con el anuncio central del mensaje cristiano: un Cristo crucificado y resucitado, un Cristo que es fuerza y sabiduría de Dios” 1ªCor 1,24. Aquí Pablo fracasa pero no abandona.

Esta forma de predicación de un gran experto y apasionado, Pablo, nos sirve de ejemplo de cómo se adapta un sermón para un grupo particular. En nuestra sociedad actual tan diversa, este modelo debe animarnos a creer y apostar por anunciar un evangelio liberador que sea Buena Noticia para todos, sobre todo para las personas que viven sin esperanza, ya sea que se apoyen en diferentes poderes=idolatría, o que carezcan de lo imprescindible para vivir.

“El Espíritu de la Verdad, es nuestro maestro”

Jesús pone de relieve una de las funciones del Espíritu Santo: iluminar, enseñar, guiar, para que sus discípulos puedan entender la Verdad plena”, de esta forma completará las enseñanzas que Jesús les ha dado durante su vida terrena pasada a su lado, es más, la promesa de Jesús se amplía para todos sus seguidores en el futuro. Aquí entramos nosotros, ya estábamos en su pensamiento.

La actuación del Espíritu no se entiende tanto en el sentido de «verdades nuevas», sino de que la verdad que Jesús ha ido predicando, tiene que profundizarse y adaptarse a las varias circunstancias de la historia, conservando la identidad y la fuerza liberadora del Evangelio de Jesús
Todo esto, no lo podían captar los seguidores de Jesús en ese momento. ¡Qué dolor supondría para Jesús contemplar esta realidad! El reino está iniciado, su mensaje no puede ser entendido por sus discípulos que escuchan atónitos, menos aún ponerlo en práctica, y, Él tiene que irse; solo si se va al Padre, el Espíritu de la Verdad será enviado a ellos, y proseguirá su obra. ¡Cuánta confianza la de Jesús ante este grupo de amigos incrédulos y miedosos! ¡Cuánto nos parecemos a ellos!, y Jesús sigue creyendo y confiándonos su obra. Dejémonos guiar, e iluminar por su Espíritu.

Para entender la obra del Espíritu basta recordar la maduración que supuso la Pascua y luego Pentecostés en la fe de Pedro, y los suyos. No sólo en su fortaleza de ánimo y en su decisión, sino también en la comprensión de la persona y la doctrina de Jesús. ¿No ha sido todo el libro de los Hechos una prueba de cómo el Espíritu iba conduciendo a aquellas comunidades hacia esa verdad plena? Él sigue actuando en nuestra vida y en nuestra historia.

Virgilia León