Reflexión del Evangelio del día : Lunes 31 de mayo de 2021 - Novena semana del tiempo ordinario

Rm 12, 9-16b
Salmo
Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6
Evangelio Lc 1, 39-56

Hoy celebramos La Visitación de la Virgen María.

Que vuestro amor sea auténtico
La lectura 1ª que hemos escuchado hace parte de una exhortación más amplia, donde Pablo va desgranando aspectos generales requeridos en la vida del cristiano (v 1-8), hasta llegar a pintarnos en detalle las actitudes y acciones particulares que el cristiano debe desarrollar en su vida cotidiana. (v 9-16)
Llama la atención en lo que hemos escuchado la utilización de imperativos con los que Pablo invita y da a conocer a sus seguidores, en qué se basa la conducta de la vida cristiana. Son como una verdadera cascada o eslabones donde van enlazándose uno tras otro hasta llegar a situarlos todos bajo el paraguas del amor. “Que vuestro amor no sea una farsa, un fingimiento” (v9).El amor prepara el tono para los otros comportamientos, éstos nacen y se sustentan en el amor verdadero.

Creo que el mejor comentario que podemos hacer hoy a esta lectura y a la que les invito, es, a dejar resonar, repitiendo en tu interior cada uno de esos imperativos. Dejemos que la Palabra nos ilumine, no para juzgarnos sino para guiarnos en el camino.
• Detesten y aborrezcan el mal; abracen y se unan a lo bueno
• Ámense fraternalmente, rivalicen en estima mutua
• No sean descuidados ni perezosos en el esfuerzo
• Manténganse fervientes en espíritu, sirviendo al Señor
• Vivan alegres por la esperanza
• Sean pacientes y firmes en la fe, aún en el sufrimiento
• Perseveren en la oración
• Compartan y contribuyan con los necesitados
• Practiquen la hospitalidad
• Bendigan y no maldigan si son perseguidos
• Vivan en armonía unos con otros
• No sean pretenciosos ni altivos; pónganse con la gente sencilla

Todo un manual evangélico, no pasado de moda. Solo estamos necesitados de la “gracia” para practicarlo. ¡Ánimo! ¡Sostengámonos!

María se puso en camino, fue de prisa a la montaña…
Lucas nos presenta el relato de un encuentro de dos mujeres, María e Isabel. Este contacto de dos futuras madres es en realidad el primer encuentro de los dos hijos: Jesús con Juan, ambos son llevados en el seno de sus respectivas madres y ambos concebidos por la Gracia infinita de Dios para una misión salvadora. Estamos ante un suceso único que transformará nuestra historia, haciendo de ella Historia de Salvación.

Si la primera lectura nos presentaba el manual evangélico para un cristiano; estas dos mujeres le hacen realidad con sus vidas, antes de ser predicado por sus hijos. Las dos de diferente forma han acogido con gran generosidad y alegría lo inesperado y casi imposible racionalmente; las dos se han convertido en receptoras de vida, llevan en su vientre a los protagonistas del acontecimiento esperado por todos los creyentes.

El sí de María a Dios la lleva a salir de su casa, ponerse en camino a toda prisa y llegar a encontrarse con su prima Isabel Camina con alegría, se sabe habitada por todo un Dios. ¿Será que María siente la necesidad urgente de dejar actuar al hijo que lleva en su seno? Ella es la respuesta plena y sin dudas al Plan de Dios, y esto es lo que Isabel descubre y proclama al escuchar el saludo de María, “mi hijo ha saltado de alegría en mi seno” dice Isabel, y prosigue: “¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme?, y, sin esperar respuesta, solo iluminada por el Espíritu proclama una oración que ha llegado en la iglesia hasta nuestros días: “Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” ¡”Dichosa tú que has creído!”

La bendición de Isabel provoca una respuesta de acción de gracias. María canta su Magnificat, salmo de gratitud a Dios porque ha visitado y redimido a su pueblo. Cada día la comunidad cristiana lo repetimos, ojalá bien conscientemente.

Hna. Virgilia León Garrido