Asamblea de la Constelación de Roma de la UISG, enero 2016

Publicado el : 25 de enero de 2016

El 13 de enero nos hemos reunido en asamblea anual las prioras generales de la constelación de Roma de la UISG. La asamblea es un momento muy apreciado donde reflexionamos sobre un tema, nos encontramos entre nosotras, compartimos informaciones sobre las diferentes actividades y proyectos de la UISG y decidimos los pasos siguientes a dar en la constelación e indirectamente, en la UISG. El tema de este año ha sido la Intercongregacionalidad, solidaridad intercongregacional. La conferencia fue impartida por el hermano Paulo Dullius fsc, brasileño.

Destaco algunas ideas desde la conferencia y el compartir de la asamblea:
La intercongregacionalidad, (IC a partir de ahora), es la alianza que desde hace algunos años se está estableciendo entre congregaciones. Su centro de referencia se sitúa en la misión común, una misión al lado de personas necesitadas. En parte, se dejan a un lado las diferencias congregacionales y se asume una nueva forma de ser de la vida religiosa. “Queremos trabajar la intercongregacionalidad no porque estemos envejeciendo, disminuyendo en número o porque vivamos la realidad de la disminución de las vocaciones, sino porque creemos que los nuevos escenarios y los temas concretos nos exigen nuevas respuestas”. (Vera Lucia Palermo, religiosa salvatoriana con experiencia de IC).
La IC aparece como la forma actual de presencia: una vida religiosa que quiere “oír el grito donde la vida clama” (CLAR ). Esta comprensión de la IC no se limita al ámbito de la formación común, con la riqueza que ello supone. Se prioriza la perspectiva misionera. La causa del Reino se coloca en primer lugar. Se trata de una nueva forma de vivir la centralidad en el seguimiento de Jesucristo en la vida religiosa.
La IC supone una mirada positiva sobre el presente como Kairos, como posibilidad. Expresa una riqueza que hoy estamos llamados a vivir. Es camino de búsqueda y servicio a un proyecto común. Esta concepción de la Vida Religiosa mira hacia el futuro: misión desde la colaboración y vida en clave de relación, rasgo que constituye lo humano.
La IC deriva de una mejor comprensión del Evangelio y de las necesidades actuales, así como sucedió en los orígenes de las congregaciones. La vida religiosa hoy depende de la calidad de las relaciones y no sólo de lo que hacemos. Se espera de los religiosos que sean expertos en comunión. Se necesita amar para sanar.
Se presentaron muchas experiencias misioneras en IC: Líbano, Jordania, Amazonía, Sudán… ¿Qué elementos facilitan esta forma de vivir para la misión? Una buena formación para integrar la diferencia como una riqueza, un trabajo previo de reconciliación con uno mismo/a, una cierta madurez, una suficiente estabilidad emocional, una progresiva purificación de las motivaciones… Cuando fracasan comunidades inter-congregacionales suele ser debido a la falta de estos condicionantes.
Para vivir en IC es preciso saber olvidarse de lo propio, en función de lo común: el carisma de la interrelación desde lo que cada uno/a es y la entrega a la misión de todos. Por todo ello, hace falta tener el propio carisma muy interiorizado, la identidad consolidada. Este tipo de vida religiosa requiere una buena formación previa que la haga posible. Debemos explicar a la humanidad que podemos relacionarnos con cualquier persona, sin usar a los demás, sin manipular, respetando su dignidad.
La palabra “Iglesia en salida de” ayuda a entrar en contacto con realidades muy delicadas y necesitadas.

Sobre la comunidad de Sicilia podéis encontrar información aquí:
http://rscjinternational.org

Hna Carmen Lanao, CRSD