Comentario a las lecturas bíblicas del martes 11 de octubre de 2022 - 28ª semana del tiempo ordinario

Lecturas :
Ga 5,1-6
Sal 118, 41. 43. 44. 45. 47. 48
Lucas 11, 37-41

Para la libertad nos ha liberado Cristo

Pablo, al escribir a los Gálatas, quiere abordar una situación que le preocupa: entre los cristianos de Galacia, hay algunos de mentalidad judaizante que quieren imponer a los bautizados ciertos ritos judíos como por ejemplo la circuncisión. Para Pablo la cuestión es muy seria, porque en el fondo lo que está en juego es el mensaje central del Evangelio: la salvación es fruto de la Gracia de Dios, a través de la muerte de Cristo, y no del cumplimiento de la Ley. Por eso Pablo planteará la fe en Cristo y la circuncisión como dos opciones incompatibles. No se puede creer a la vez que la salvación es una conquista de la persona a través de sus obras y creer que Dios, en Cristo Jesús, nos ha salvado y que el ser humano lo que tiene que hacer es abrirse a esa salvación que se le otorga, dejándose transformar con Cristo.

Pablo, en el texto de hoy, plantea esta cuestión desde la clave de la libertad. Porque exigir el cumplimento de la ley para obtener la salvación, no es sino vivir esclavos de esa ley; esclavos de una mentalidad que introduce al ser humano en un camino falso. Cumplir la ley, que en sí puede ser positiva, no garantiza la libertad del corazón; no es la fuente de la Vida que sólo puede ser acogida desde la fe, por la acción del Espíritu Santo en nosotros. Sólo esta Vida recibida en y por Cristo nos libera, desde dentro, del pecado, por pura Gracia, y nos permite nacer a la nueva vida del Amor a la que somos llamados como hijos e hijas de Dios.

Dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendréis limpio todo

Cuando nos quedamos en ver sólo lo exterior de las situaciones, cuando no somos capaces de ponernos en la piel de la otra persona, cuando la encasillamos a través de un pequeño juicio que nos parece inicuo pero que casi siempre suele tener un cierto aire despectivo, cuando nos enredamos en pequeñas guerras a propósito de los comportamientos de los demás que nos sorprenden, porque no responden a lo que para nosotros sería lo correcto, siento que nos incapacitamos para ver en profundidad a la persona, para amarla, para valorarla; nos incapacitamos para ver el corazón de las cosas, lo esencial de las personas, la maravilla interior que se nos escapa, la tierra sagrada y misteriosa que es el otro.
Me gusta esta expresión de Jesús en este día “dar limosna de dentro y lo tendréis todo limpio”. Me hace pensar en esa invitación que hace la CNV (comunicación no violenta) a preguntarnos, en las distintas situaciones que vivimos, cuándo damos desde el corazón y cuándo nos mueven otros motivos: la obligación, la imagen, el deber etc. Al dar desde el corazón, o dar de corazón, y no nos referimos sólo a cosas, en el fondo estamos afirmando y reconociendo la dignidad de la persona, es decir que es digna de ser amada por lo que es; la estamos mirando de una manera limpia, más allá de prejuicios, o de moldes establecidos como legales, que nos separan de ella y que vuelven opaca nuestra mirada sobre la realidad.

Una y otra vez el Evangelio nos invita a crecer de dentro hacia fuera y no al revés. Que la Palabra de este día nos ayude a cuestionarnos algunos de nuestros juicios y reacciones rápidas ante los demás preguntándonos ¿Qué refleja de mí misma ese juicio que realizo sobre el otro? ¿Desde dónde le juzgo y le miro? ¿Desde el corazón que ama o desde la ley que encasilla?

Hna. María Ferrández Palencia